Actuales autoridades, herederas del pensamiento de 1968, hacen acciones que van en contra de ese espíritu: Gilberto López Alfaro

CULIACÁN.- El Movimiento Estudiantil de 1968 representó un parteaguas en la historia de México y, a 55 años de que se dio la brutal represión del Gobierno contra los estudiantes, aún hay heridas abiertas y muchas situaciones que aclarar como las hay también en el caso de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa hace 9 años, advirtió Gilberto López Alfaro.

El doctor en Historia, académico e investigador de la Facultad de Estudios Internacionales y Políticas Públicas (FEIyPP) de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), estableció que tanto en este acontecimiento como en la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, Guerrero, la constante es la opacidad y el control de la información por parte del Gobierno, independientemente del partido al cual pertenezcan los presidentes que hasta el momento hemos tenido.

“Si bien es cierto las circunstancias del 68 a las actuales se sigue manifestando el problema del uso del poder y de la violencia administrado por el Gobierno con grupos facciosos por el caso particular de los 43 de Ayotzinapa, de fuerzas fácticas que cada vez hoy en día asumen el poder en el país como lo vimos en Chiapas donde vimos el fin de semana la entrada de un convoy de veintitantas camionetas artilladas y la gente aplaudiéndoles”, reflexionó.

Agregó que lo que estamos viendo actualmente en el país es una descomposición del tejido social porque el Gobierno, en sus 3 niveles, ha permitido que grupos del crimen organizado se apoderen de municipios enteros y apliquen cobros de piso a comerciantes, agricultores y ganaderos.

Como antecedentes a la represión que culminó con una matanza y desaparición de decenas de estudiantes en 1968, López Alfaro rememoró que antes de ello también ya habían sido víctimas de represión gubernamental médicos y otros gremios que tenían que ver con demandas de obreros y grupos políticos que pertenecían al bando comunista.

“La represión al Movimiento Estudiantil en México se dio en un contexto de una serie manifestaciones que se venían dando a nivel mundial, en los cuales los estudiantes demandaban democracia en las universidades y acabar con los formalismos de enseñanza en aquella época”, explicó.

El investigador universitario refirió que el 2 de octubre es una fecha que aún se sigue recordando por la forma en la cual el Gobierno utilizó la fuerza para controlar o querer eliminar los reclamos que se estaban generalizando en el país.

“Las heridas tienen que ver con lo que, por ejemplo, estamos viviendo hoy en día en la Universidad Autónoma de Sinaloa donde parece contradictorio y sarcástico el hecho que los herederos de las épocas de los años 60 del pensamiento universitario y de la democratización de las universidades, de las luchas a favor de la autonomía universitaria. Hoy en día esos herederos y esos actores son ahora parte oficial y parte que están llevando acciones que van en contra del espíritu del 68”, expresó.

Exhortó a los jóvenes a estar atentos a las circunstancias históricas, a no perder el sentido crítico y a no dejarse llevar por los contenidos e información que hoy fluyen a través en las redes sociales.

“Yo recomiendo que los jóvenes se dediquen a tener un pensamiento crítico producto de un análisis de lo que enseña en las aulas, que aprendan a buscar, a darle sentido a la información porque a veces el gran problema es que se pierden y se banaliza todo lo que sucede como producto de la falta de sentido”, puntualizó.