MORENA en sus vanidades
Por: Juan B. Ordorica (@juanordorica)
La dirigencia estatal de MORENA en Sinaloa se complica y no camina. Recientemente, cuando todo parecía planchado para la exsecretaria general y exdiputada del PAN en Sinaloa, Alma Alcaraz, una andanada de documentos fueron filtrados a los medios de comunicación procedentes desde Guanajuato.
Alma Alcaraz es una política sinaloense que, durante muchos años, militó en el Partido Acción Nacional. Fue una de las figuras locales más cercanas Heriberto Félix Guerra, pero sus carreras políticas se separaron; Alcaraz terminó en MORENA y exiliada en la dirigencia estatal de Guanajuato. Parecía que las cosas se acomodaban para regresar a Sinaloa por la puerta grande, como el personaje encargado de unificar las huestes de MORENA en la entidad; sin embargo, las críticas no se han hecho esperar. Aparentemente, los grupos locales aceptan la designación y, por debajo de la mesa ¡bolas! (diría el prócer de la democracia Jesús Aguilar).
Los señalamientos de malos manejos y fuertes conflictos generados por Alcaraz en Guanajuato, se dice, llevaron a la derrota en aquel estado al joven partido político donde, por cierto, es el único estado en todo el país que MORENA tuvo una derrota el pasado 1 de julio del 2018.
Alma Alcaraz se suma a los nombres que han sido apabullados una vez que se hace publico algún tipo de interés por tomar la dirigencia de MORENA en Sinaloa. Gerardo Vargas y Roberto Cruz también sufrieron fuertes críticas una vez que sus estampas figuraron como posibles directores de la orquesta Vinotinto. Las posibles designaciones de estos tres personajes fueron vistos con buenos ojos por las bases. Cabe resaltar que Alma Alcaraz, a diferencia de Vargas y Cruz, sí cuenta con la militancia en MORENA.
Las vanidades en MORENA están a la orden del día. Es difícil pensar en algún político que pueda ser respetado por todos los grupos al mismo tiempo. La estructura, origen, visión y destino de esta agrupación política, que, a duras penas está aprendiendo sobre la marcha a ser una Institución política es piramidal. Los grupos locales prefieren hablar directamente con el Presidente de la República. No hay comunicación entre ellos mismos. Los grupos no se quieren someter uno al otro; para ellos todos son iguales a los ojos del señor (formal y espiritualmente).
Los alcaldes de MORENA tienen su propio juego; al menos dos de ellos, ya se ven en vías de la gubernatura. Ambos apuestan a la amistad y cercanía con López Obrador. Billy Chapman no es uno de ellos, saque sus propias cuentas. Desde el Senado las piedras también ruedan: Rubén Rocha e Imelda Castro mueven sus piezas con una parte importante del Congreso local como aliado; por último, los grupos tradicionales de izquierda y presumiendo la pureza en su ADN entre las bases hacen todo lo posible por ser tomados en cuenta.
Tal vez Alma Alcaraz termine por imponerse desde la cúpula. Todo parece indicar que así será, pero con su designación la hoguera tendrá su primer combustible. La lucha por el poder es difícil. Las derrotas unen y los triunfos dispersan. El primer reto en MORENA está sobre la mesa: Vanidad Vs Prudencia.