De la costa, al infinito mundo de las letras, la pasión de Juan Carlos Aguirre

CULIACÁN._ Originario de la tierra de las barcinas y los ricos tacos de camarón, Juan Carlos Aguirre Ochoa vio el horizonte más lejos, infinito, donde sólo hay letras e historias que escribir y qué contar. Eligió la docencia como profesión y el Español como especialidad. A sus 29 años atesora varias distinciones y preseas por ese amor a las letras y ahora le suma el Premio al Mérito Juvenil que entrega el Congreso del Estado.
De Escuinapa se mudó a Culiacán para cumplir su meta de ser docente en la Escuela Normal de Sinaloa, de donde egresó con la licenciatura en Educación Secundaria con especialidad en Español.
Desde primaria le había agarrado gusto a la lectura, pero realmente se enganchó a los 16 años, cuando cursaba ya la preparatoria y lo invitaron a tomar un curso de promotores de fomento a la lectura, que se llevó a cabo en El Rosario. Ahí decidió que tenía que compartir su amor por el género literario.
En la primaria leyó su primer cuento: El Fantasma Robatortas, que es de los libros del programa “Rincón de Lecturas” y se metió de lleno a la lectura infantil.
Hace 10 años, su amigo Raúl Quiroz, director de Salas de Lecturas del Instituto Sinaloense de la Cultura, lo invitó a contar cuentos en la penitenciaría de Aguaruto, en el área de los hombres, a quienes en su primera visita les leyó un cuento.
“Me gustó que me hubieran escuchado, y me dije: ¡qué padre que son receptivos!. Entonces pensé en quedarme ahí, y decidí a que en donde me escuchen ahí es mi hogar”, narró.
Atendía a un grupo de 35 internos e iba una vez al mes. Un día, la trabajadora social de la penitenciaría le propuso repetir la actividad en el área femenil y aceptó, de modo que así nació el proyecto “Bibliochicas de la Peni: 22 Libros Flotantes”.
Por los resultados obtenidos, afirma que para las internas “la lectura ha significado en sus vidas una nueva forma de ver las cosas, una nueva forma de leer al mundo; con sus textos que ellas leen o que ellas escriben; se trasladan a otros espacios, y también ha servido como lazos para unirse más a sus familias, porque las chicas les cuentan cuentos a sus hijos. Algunas historias que narramos en la sala de lecturas, después la trasladan a sus niños”.
Lo mejor, recuerda, fue cuando las internas empezaron a llevar consigo a sus hijos a las sesiones de lectura. Algunos ni sabían leer pero les gustaba escuchar las historias. “Y fue de ese modo que empecé mi labor de fomento de la lectura también con los niños de cuatro a ocho años de edad. Y estos niños han escrito poemas y cuentos, algunos dedicados a sus mamás. Cuentos que tienen que ver con el centro penitenciario, poemas que tienen que ver con el amor de sus madres, con los pájaros, con los árboles y con sus sueños”.
Juan Carlos Aguirre Ochoa tiene en su haber el Premio Nacional al Fomento a la Lectura y la Escritura, precisamente por su proyecto “Las Bibliochicas de la Peni”; fue ganador de los XXXII y XXXIII Juegos Florales del Magisterio Sinaloense”, tiene el galardón “Maestro Emérito” en reconocimiento a su trayectoria docente en Sinaloa; el Premio Estatal de la Juventud “Rafael Buelna Tenorio”; Medalla de Oro Nacional en la Feria Mexicana de Ciencias e Ingeniería por el proyecto de concientización social “Operación Metamorfosis”, y el primer lugar a nivel estado en el concurso académico de literatura del COBAES.
Además de estas distinciones, Juan Carlos Aguirre es reconocido socialmente por su proyecto de lectura a personas que padecen neuropatía, enfermedad que aqueja a su madre.
“Pensé en contarles historias, quitarles un poco el estrés y aligerarles un poco la existencia a través de las narraciones orales a través de la lectura de poemas”.
Ahora que recibe del Congreso del Estado el Premio al Mérito Juvenil dice que es un aliciente “para seguir haciendo esto que tanto me gusta, que es compartir historias. Darles impulso para que escriban, para que plasmen sus sentimientos en un papel. Es también para mí un compromiso mayor por seguirles compartiendo actos de amor a través de los libros”.
Sin embargo, aclara que su meta es escribir un libro de cuentos, publicarlo y compartirlo con las personas, primeramente en los grupos en los que fomenta la lectura, y luego entrar en cualquier espacio donde pueda compartir mis sueños a través de este libro.