CULIACÁN._ Acorde a su cultura de subordinación, el grupo mayoritario de Morena en el Congreso de Sinaloa intenta imponer su control político a través de la revisión de las cuentas públicas, aun cuando para ello recurra a la falacia, la violentación de la legalidad, el desconocimiento del marco institucional y las más burdas maniobras y retorcidas interpretaciones de la ley.
Así lo manifestó la diputada Mónica López Hernández en su intervención, donde manifestó la negativa del Partido Revolucionario Institucional en contra del Acuerdo negativo sobre el Informe General Ejecutivo de la Fiscalización de la Cuenta Pública 2018.
“Lo que quieren algunos integrantes de esta Legislatura, es tener todo bajo control, que nada se haga sin su consentimiento.
Quieren una subordinación total, porque esa es su cultura.
Así se han formado en la cultura de la línea, en actitud acrítica, para los que la legalidad es una cosa que estorba y hay que violentarla cuantas veces sea necesario.
“Y por eso no aceptan ni toleran una Auditoría que ha hecho del rigor técnico su aliado, que actúa de manera imparcial y en el marco de la legalidad. No hay ninguna otra razón que explique ese desprecio absurdo por sus resoluciones y determinaciones técnicas, más que la de hacer valer su fuerza y el revanchismo que orienta todas sus acciones”, dijo.
En contraparte, la diputada Mónica López Hernández destacó que el PRI ha manifestado, con sus propuestas y acciones, su objetivo en perseverar en la defensa de la legalidad y del orden democrático que pretende ser violentado en esta Legislatura.
Destacó que el Congreso local reformó la Constitución y aprobó la Ley de Auditoría Superior del Estado con la convicción de que frente a la utilización de las cuentas como instrumento para el ajuste de cuentas, se podía y se puede impulsar una nueva ética en el ejercicio de la función pública, respetuoso de la norma.
No obstante, aclaró, desde la Comisión de Fiscalización, se rechaza este modelo técnico de fiscalización, y se opta por la utilización de criterios políticos y partidistas, con lo que se tensiona innecesariamente la vida pública, se convierte el Legislativo en un campo de disputa absurda, se apuesta a la polarización y la confrontación. Esta es la lógica de guerra que se impulsa desde las filas del grupo mayoritario.
“Pero lo que hemos observado aquí, en esta Legislatura, es una radical resistencia al cambio. Se ha preferido mantenerse anclado en el pasado, reeditar las viejas pulsiones autoritarias y revanchistas, tal como se hizo en la revisión de las cuentas el año pasado”, señaló.
“Queremos también llamar al pueblo de Sinaloa a estar alertas, frente a esta ofensiva contra la legalidad y el marco institucional que todos estamos obligados a respetar, porque puede significar un retroceso histórico muy grave para nuestro estado”, puntualizó.