CULIACÁN._ Un equipo multidisciplinario de investigadores de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), estudian, desde hace 20 años, el fruto de Randia Echinocarpa comúnmente conocido como “Papache” para demostrar la actividad antioxidante, antiinflamatoria, hepatoprotectora, anticancerígena y otras que comúnmente se le asocian.
Este fruto, de acuerdo a la investigación que el doctor en biotecnología de plantas egresado del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav) en Irapuato, Guanajuato y actual responsable de la Unidad de Investigaciones en Salud Pública “Dra. Kaethe Willms” de la Facultad de Ciencias Químico Biológicas (FCQB), Francisco Delgado Vargas junto al grupo que conforma el Laboratorio de Química de Productos Naturales y al doctor Rito Vega Aviña de la Facultad de Agronomía Culiacán vienen desarrollando; es usado tradicionalmente para tratar enfermedades del riñón, pulmonares, circulatorias, diabetes, cáncer, malaria, úlceras péptidas, entre otras.
“Nosotros empezamos a estudiar el Papache en 1998 basándonos en las propiedades que tiene considerando sus usos tradicionales. La gente lo ha usado comúnmente para tratar padecimientos de riñón, contra el cáncer, contra la malaria; sin embargo, hasta esa fecha los estudios eran muy escasos, de ahí surge el interés de trabajar con él”, expuso el doctor Delgado Vargas.
Nuestro país, explicó, ocupa el cuarto lugar mundial en biodiversidad de plantas y Sinaloa cuenta con 3736 especies de plantas vasculares por lo que la población “tiene una gran tradición etnofarmacológica que no se ha reflejado en el desarrollo de cultivos comerciales de plantas medicinales o bien de estrategias sustentables para su uso”.
En este contexto y según su teoría, el aprovechamiento sustentable de la biodiversidad de México y de Sinaloa debe basarse en una cuidadosa selección de plantas que permitan resolver necesidades locales atendiendo problemas globales, sustentada en evidencia científica.
“Actualmente una de las principales causas de morbilidad en el mundo son las enfermedades crónico-degenerativas o enfermedades no transmisibles y, prácticamente, todas ellas están asociadas al estrés oxidativo, precisamente por ello siempre se recomienda consumir una buena cantidad de compuestos antioxidantes, y este fruto tiene una actividad antioxidante alta”, dijo.
A raíz de eso, este equipo multidisciplinario de investigadores universitarios inscribió su proyecto a la convocatoria 2008 del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT), para comprobar que el “Papache” posee, además, propiedades inmunomoduladoras y anticancerígenas.
“Si nosotros demostramos tal cosa quiere decir que, este fruto, además de ayudar contra la diabetes y contra el cáncer, debe tener la posibilidad de ayudar contra muchas otras enfermedades puesto que, lo que vamos a demostrar, es capaz de mejorar el funcionamiento del sistema inmune en las personas”, anotó.
Aunque el proyecto no ha concluido, la investigación del fruto presenta numerosos avances y hallazgos como el publicado en 2014, donde dieron a conocer que contiene melaninas solubles relacionadas a la protección de los rayos ultravioletas (UV), a la inactivación de radicales y a la inmunomodulación que se ha querido demostrar; además de presentar altos valores de fenólicos y de actividad inhibitoria de alfa-glucosidasa.
“Hemos publicado un sinnúmero de artículos, tenemos bastante experiencia de trabajar con este material y, consideramos que, realmente, con el apoyo suficiente, con las sinergias adecuadas podemos llegar a aterrizarlo a un proyecto, a un producto o a un proceso que pueda tener impacto en la salud del hombre, así como también un impacto económico en beneficio de la gente que menos tiene en Sinaloa”, mencionó.
A su vez, este proyecto persigue el rescate de la especie Randia Echinocarpa de donde proviene el Papache, ya que actualmente son pocos los materiales silvestres disponibles en la región del Pacífico.
“De hecho otra parte que estamos haciendo ahorita en conjunto con el Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional (CIIDIR) ubicado en Guasave que pertenece al Instituto Politécnico Nacional, es el utilizar técnicas de biotecnología para poder propagar las plantas y para poder producir los metabolitos y compuestos que tienen estos materiales, en el laboratorio, es decir, en reactores; entonces esto también es un aspecto importante que estamos haciendo en colaboración con ellos”, dio a conocer.
Por último, Francisco Delgado compartió que el proyecto ha sobrevivido gracias a los apoyos federales provenientes del CONACyT y a los institucionales proporcionados por el Programa de Fortalecimiento de la Calidad Educativa (PFCE), antes Programa de Fomento y Apoyo a Programas de Investigación (PROFAPI), que la Universidad Autónoma de Sinaloa promueve.