CULIACÁN._ El glaucoma es una de las causas más comunes de ceguera irreversible, afecta principalmente a personas mayores de los 50 años, es una enfermedad provocada por la degeneración del nervio óptico y en su inicio no presenta sintomatología, refirió María del Socorro Esmeralda Meléndez Ledesma.
La oftalmóloga del Centro de Investigación y Docencia en Ciencias de la Salud (CIDOCS) de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) señaló que para entender la degeneración del nervio óptico solo basta asemejarlo con un cable que conecta el ojo con el cerebro, cuando las fibras de este nervio se dañan ya no se pueden recuperar.
Mencionó que existen varios tipos de glaucoma, los cuales se clasifican de acuerdo al ángulo iridocorneal, que es en la zona de drenaje del líquido que circula dentro del ojo, este puede ser abierto o cerrado. Por lo que también puede clasificarse de acuerdo a su origen; por lo que puede ser primario (sin una causa aparente); secundario (ocasionado por una causa externa) y congénito (el cual se manifiesta en bebés y es muy importante porque produce ceguera rápida).
La especialista universitaria puntualizó que el glaucoma es una enfermedad silenciosa que inicialmente no produce síntomas, por lo que es recomendable que cuando existan antecedentes de familiares o se presente disminución de la vista se acuda a revisión, dado que la persona nota que ya se le recortó la visión, como si mirara a través de un popote, es probable que la enfermedad ya está muy avanzada.
Detalló que ocasionalmente puede haber otros síntomas, como ojo rojo, dolor ocular y visión de halos alrededor de las luces, pero estos síntomas generalmente son producto de un aumento importante en la presión del ojo.
Meléndez Ledesma consideró que la edad más común en la que se presenta esta enfermedad es a los 50 años, pero aclaró que puede padecerse a cualquier edad, por lo que invita a las personas a realizarse chequeos, como mínimo, una vez al año.
Enfatizó que este padecimiento ocular no se cura, dado que los medicamentos utilizados solo ayudan a controlar la enfermedad para que no avance, por lo que se prescriben para toda la vida.